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La Biblia

Creemos que la Biblia es Inspirada por Dios, que es la infalible Palabra de Dios. “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia” 2 Timoteo 3:16.

 

La Biblia es la única autoridad dada por Dios, por lo tanto, toda la doctrina, la fe, la esperanza y toda instrucción para la Iglesia deben estar basadas en y armonizar con la Biblia. “....Ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada. Porque la profecía no fue en los tiempos pasados traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.” 2 Pedro 1:20-21. Al decir “inspirados”, nos referimos a lo siguiente. “Fue una influencia especial divina, ejercida sobre la mente de los escritores de la Biblia, en virtud de la cual sus escritos, aparte de los errores de transcripción, y cuando fueren interpretados correctamente, constituyen juntos la regla infalible de nuestra fe y conducta.

Un Solo Verdadero Dios

La Biblia nos enseña con respecto a la verdadera naturaleza y carácter del Único, Verdadero y Eterno Dios, Infinito en Poder, Santo en naturaleza, con atributos individuales y propósitos únicos, y que posee absoluta, deidad indivisible. Este Unico Dios Verdadero se ha revelado como Padre, Como El Hijo, en la redención, y como el Espíritu Santo, por la emanación. Distintos en lo que respecta a ministerios, mas de un carácter y armonía tan perfectos que constituyen un solo Dios. 1 Corintios 8:6: Efesios 4:6, 2 Corintios 5:19, Joel 2:28

 

La Escritura hace mas que tratar de probar la existencia de Dios, sino que afirma, asume y declara que el conocimiento de Dios es Universal. Romanos 1:19, 21, 28, 32; 2:15. Dios es Espíritu, Juan 4:24 y “...el Espíritu ni tiene carne ni huesos...” Lucas 24:39

 

Este Unico Dios verdadero se manifestó en el Antiguo Testamento y en diferentes formas, en el Hijo mientras Él camino entre los hombres, y como el Espíritu Santo, el consolador de los creyentes, después de la ascensión. Juan 14:16, 23.

Jesus | El Hijo de Dios

El Unico y Verdadero Dios, el Jehová del Antiguo Testamento, tomo sobre si la forma de hombre, como Jesús, el Hijo del hombre, nació de una virgen llamada Maria. Cuando Pablo dice”… Y indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad; Dios fue manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles, predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.”  1 Timoteo 3:16

“El vino a los suyos, y los suyos no le recibieron: Juan 1:11. Este Unico y Verdadero Dios fue manifestado en la carne, es decir, en su Hijo Jesucristo.”.. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándoles en cuenta sus transgresiones....” 2 Corintios 5:19

Creemos que “...en Él (Jesús) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.” Colosenses 2:9. “Por cuanto agrado al Padre que en Él habitase toda plenitud” Colosenses 1:19. Por tanto, Jesús en su humanidad era hombre; en su deidad era y es Dios, En su carne era el Cordero, o el sacrificado de Dios. El es el único mediador entre Dios y el Hombre. “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.” 1 Timoteo 2:15.

A Jesus se le refiere en la Biblia como Emanuel, que traducido es “Dios con nosotros”, Isaias 7:14 y Mateo 1:23. Esto abarca tanto a la naturaleza divina como a la humana en una sola persona, nuestro Señor Jesucristo. Por cuanto se le llama a Jesus como Hijo de Dios que describe su verdadera Deidad e Hijo de Hombre, demostrando su naturaleza y carácter humano. 2 Juan 3; 1 Juan 3:8; Hebreos 7:3

El Nombre de Dios

Dios uso diferentes títulos, como; “Dios Elohim”, “Dios Todopoderoso”, “El Shaddai”, “Jehová” y especialmente “Jehová el Señor”, el nombre redentor en el Antiguo Testamento. 

    “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.” Isaias 9:6.  Esta Profecía de Isaias se cumplió cuando el Hijo de Dios fue nombrado, “ Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS,[a] porque él salvará a su pueblo de sus pecados..”
Mateo 1:21. “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” Hechos 4:12

 

La Creación del Hombre y su Caida

El Hombre fue creado a la imagen y semejanza a Dios, Adán y Eva,  inocente, puro, santo, justo, dotado de inteligencia, con una conciencia y con libre albedrío.  De manera que pudiera ejercer dominio sobre los seres vivientes de la tierra y pusiera en practica la facultad de elección.  Fue Creado para ser superior que la creación animal y capacitado para mantener comunión con Dios. En virtud de su inteligencia, el hombre era responsable de todos sus actos.  Lucas 12:47-48; Josue 24:15 
    
    Dios creo un Jardín, llamado Edén, donde pudiera habitar el ser humano. Y había en el medio del Edén un árbol de Vida y también en el Edén había un árbol de la ciencia del bien y del mal.  Dios mando al hombre que podrían comer de todo el fruto del todos los arboles, menos el de la ciencia del bien y del mal.  El enemigo, “el diablo”, se presento en forma de serpiente y despertó duda en el corazón de Eva, que la llevo a cuestionar la veracidad del mandato de Dios. Seducida por la conversación hábil de la serpiente, vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría. Eva lo comió e hizo participar de el a su esposo, Adán.  Esto causo pecado de desobediencia a la palabra de Dios y cayeron de su estado santo y Dios los expulso del Edén y su relación con Dios, que era tan cercana con Adán y Eva, vino a ser lejana, por cuanto Dios es Santo y no puede habitar en medio de Pecado.  De ahí, por la desobediencia de un solo hombre, el pecado, la muerte espiritual,  entro en el mundo y el hombre, que era eterno en el Edén, vino a ser mortal, espiritualmente muerto, separado de la presencia misma de Dios y con necesidad de arrepentirse y buscar de Dios todos los días de su vida.   Genesis 1; Romanos 3:23, 5:12. 

Arrepentimiento, Conversión y Salvación del Hombre

El Hombre fue creado a la imagen y semejanza a Dios, Adán y Eva,  inocente, puro, santo, justo, dotado de inteligencia, con una conciencia y con libre albedrío.  De manera que pudiera ejercer dominio sobre los seres vivientes de la tierra y pusiera en practica la facultad de elección.  Fue Creado para ser superior que la creación animal y capacitado para mantener comunión con Dios. En virtud de su inteligencia, el hombre era responsable de todos sus actos.  Lucas 12:47-48; Josue 24:15 
    
    Dios creo un Jardín, llamado Edén, donde pudiera habitar el ser humano. Y había en el medio del Edén un árbol de Vida y también en el Edén había un árbol de la ciencia del bien y del mal.  Dios mando al hombre que podrían comer de todo el fruto del todos los arboles, menos el de la ciencia del bien y del mal.  El enemigo, “el diablo”, se presento en forma de serpiente y despertó duda en el corazón de Eva, que la llevo a cuestionar la veracidad del mandato de Dios. Seducida por la conversación hábil de la serpiente, vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría. Eva lo comió e hizo participar de el a su esposo, Adán.  Esto causo pecado de desobediencia a la palabra de Dios y cayeron de su estado santo y Dios los expulso del Edén y su relación con Dios, que era tan cercana con Adán y Eva, vino a ser lejana, por cuanto Dios es Santo y no puede habitar en medio de Pecado.  De ahí, por la desobediencia de un solo hombre, el pecado, la muerte espiritual,  entro en el mundo y el hombre, que era eterno en el Edén, vino a ser mortal, espiritualmente muerto, separado de la presencia misma de Dios y con necesidad de arrepentirse y buscar de Dios todos los días de su vida.   Genesis 1; Romanos 3:23, 5:12. 

El Bautismo por Inmersión en Agua

El Bautismo simboliza la muerte, sepultura, y resurrección de Cristo y del creyente que esta en comunión con Él, como lo declara Romanos 6:4-5.  El modo bíblico del bautismo es por inmersión en agua y es sólo para aquellos con la capacidad de reconocer que se han arrepentido completamente, habiendo vuelto de sus pecados y de su amor por el mundo.  

    Excluye a los niños, porque ellos no tienen la capacidad de comprender que es el arrepentimiento y volverse del amor al mundo, Marcos 1:15, Hechos 2:38, Mateo 28:19, Marcos 16:16; Romanos 6:4-5  
    
    Debe ser administrado por un ministro debidamente autorizado del Evangelio, en obediencia a la Palabra de Dios, y en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo como lo declara Jesús en Mateo 28:19

 

La Sanidad Divina

La sanidad divina para el cuerpo esta en la expiación de Cristo en la cruz para el perdón de nuestros pecados, Romanos 5:12; Mateo 8:17; 1 Pedro 2:24.  Siendo cierto, entonces es para todos lo que creen en Jesús, Mateo 9:29. Jesús dijo de los creyentes, “…pondrán las manos sobre los enfermos y sanaran.” Marcos 16:18.  La Sanidad Divina forma parte del integral del Evangelio. Mateo 10:7-8; Marcos 16:15-20;

Lucas 4:18-19, 10:9.
    
    Santiago escribió en su epístola a todas las iglesias, “¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.“ Santiago 5:14-16.  Todas estas promesas son para la iglesia de hoy.

La Cena del Señor | Comunión

Jesús comió la cena de Pascua con sus Apóstoles después de lo cual él instituyo la Santa Cena. “Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí.  De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”  Lucas 22:19-20
    

Simboliza el cuerpo quebrantado del Señor Jesús y su sangre derramada en el madero del Calvario, nuestra participación de los beneficios servidos de su muerte expiatoria y el pacto que fue ratificado con su propia sangre.  Representa asimismo la unión con el Señor, el cual es el sostén de nuestra vida espiritual. Constituye un acto recordatorio d su muerte y un augurio de su retorno.
    

Pablo instruyo a la iglesia como observar la Santa Cena en 1 Corintios 11:23-34. “Porque yo recibí del Señor lo que también os he enseñado: Que el Señor Jesús, la noche que fue entregado, tomó pan; y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí.  Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.  Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga.

El Diezmo

El diezmo es el plan financiero de Dios para proveer para su obra y ha sido desde el tiempo de Abraham.  El diezmo vino por fe por medio de Abraham y luego, conjunto con la ley de Moises, el pueblo de Israel siguió esta enseñanza.  Jesús dijo. “!!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.” Mateo 23:23 y Pablo dijo, “…cada primer día de la semana cada uno de vosotros ponga aparte algo, según haya prosperado, guardándolo, para que cuando yo llegue no se recojan entonces ofrendas.” 1 Corintios 16:2 y

 

Malaquías 3 dice, “..Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado?

En vuestros diezmos y ofrendas.” “traed todos los diezmos al alfolí…” Hebreos 7:1-8

El Arrebatamiento de la Iglesia
(La Segunda Venida de Jesucristo en Gloria)

 Tito 2:11-14 dice, “Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo,
quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. 
    
    Apocalipsis 3:10 declara, “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra.

    La segunda venida de Jesucristo en gloria como declarado en Mateo 24; Hechos 1:11; 3:19-21; 1 Corintios 11:26; Filipenses 3:20-21; 1 Tesalonicenses 4:14-17; Tito 2:13-14; Gen. 2:24; Lev. 18:1-30; Rom. 1: 26-32; 1 Cor. 5:1-2; 6:9; 1 Tesalonicenses. 4:1-8; Hebreos. 13:4; 1 Corintios 7:10; Efesios. 5:22-23; Marcos 10:6-9
 

La Familia

Dios ha ordenado La Familia como institución fundamental de la sociedad humana. Se compone de personas relacionadas entre si por matrimonio, sangre o adopción. 
    
    El Matrimonio es la union de un hombre y una mujer en un pacto de compromiso para toda la vida.  Es el don único de Dios para revelar la union entre Cristo y su Iglesia y para proveer para el hombre y la mujer en el matrimonio un medio para compañerismo intimo, el canal de expresión sexual de acuerdo con las normas bíblicas y los medios para la procreación de la raza humana. 
    
    El marido y la mujer tienen el mismo valor ante Dios, ya que ambos fueron creados a imagen y semejanza de Dios.  Modelos de la relación matrimonial de la manera en que Dios se relaciona con su pueblo.  El Esposo debe amar a su Esposa como Cristo amó a la Iglesia.  Él tiene la responsabilidad dada por Dios de proveer, proteger y para guiar sabiamente a su familia.  La Esposa debe someterse con gracia al liderazgo servicial de su Marido así como la Iglesia se somete voluntariamente a la dirección de Cristo.  Ella, al ser a la imagen de Dios así como su esposo, tiene la responsabilidad dada por Dios de respetar a su marido y de servir como ayuda en la administración del hogar y el cuidado de la próxima generación.  
    
    Los niños, desde el momento de la concepción, son una bendición y herencia del Señor.  Los padres deben demostrar a sus hijos el modelo de Dios para el matrimonio.  Los padres deben enseñar a sus hijos los valores espirituales y morales y conducirlos a través del ejemplo de estilo de vida consistente y una disciplina amorosa, a tomar decisiones basadas en la Verdad Bíblica.

Los hijos deben de honrar y obedecer a sus padres.

Génesis1:26-28; 2:15-25: 3:1-20: Éxodo 20:12, Deuteronomio 6:4-9; Josue 24:15: 1 Samuel 1:26-28: Salmos 51:5; 78:1-8; 127; 128: 139:13-16; Proverbios 1:8: 5:15-20: 6:20-22; 12:4; 13:24; 14:1; 17:6; 18:22; 22:6; 23:13-14; 24:3; 29:15, 17; 31:10-31; Eclesiastés 4:9-12; 9:9; Malaquías 2:14-16; Mateo 5:31-32; 18:2-5; 19:3-9; Marcos 10:6-12; Romanos 1:18-32, 1 Corintios 7:1-16; Efesios 5:21-33; 6:1-4; Colosenses 3:18-21; 1 Timoteo 5:8, 14; 2 Timoteo 1:3-5; Tito 2:3-5; Hebreos 13:4; 
1 Pedro 3:1-7

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